Los médicos comenzamos a ejercer la docencia de manera bastante improvisada, con poca preparación sobre cómo enseñar y, sin embargo, aceptamos el rol de docente con facilidad y muchas veces con gusto. Es imperativo reflexionar sobre la necesidad de mejorar nuestras habilidades docentes y mientras más pronto lo hagamos, mejor. A diferencia de la enseñanza en la Escuela de Medicina, la formación de los médicos residentes en los ambientes clínicos es mucho más interactiva, participativa y llena de responsabilidad, ya que se realiza en el trabajo con los pacientes y en la consulta y ocurre todo el tiempo, tanto de manera formal como informal. En este contexto, los médicos residentes tienen un rol docente fundamental que con frecuencia no se identifica de manera explícita, tanto en la formación de residentes de diversos años de la especialidad como con médicos internos, estudiantes de medicina y de enfermería. Es intuitivo que cuando enseñamos volvemos a aprender algo que ya habíamos aprendido anteriormente, ya que tenemos que repasar el tema y comprenderlo bien para poder explicarlo. Hay una frase que dice: "Enseñar bien es aprender dos veces". El corolario de esta frase, elaborado por unos colegas y educadores clínicos, sería: "Enseñar bien es aprender dos veces bien". Está demostrado que los residentes que participan en actividades docentes durante la especialización aprenden más de los temas que enseñan comparados con aquellos que solo estudian por su cuenta o asisten a conferencias. Los factores más relevantes que inciden en el aprendizaje que ocurre al enseñar están representados en la figura. Estos incluyen la interacción social entre los participantes dentro de un contexto particular que puede ser el hospital, la consulta externa, el quirófano o la sala de terapia intensiva. Esto se vive en un balance dinámico de motivaciones extrínsecas. Estas pueden ser las calificaciones, las amenazas de castigos o los incentivos económicos, y también de motivaciones intrínsecas, como aquella motivación personal que nos llevó a estudiar la carrera de medicina, el afán de ayudar a los demás y de sentirse bien con uno mismo. Al enseñar, el residente ejecuta varios mecanismos que promueven el aprendizaje. El primero de ellos es la auto explicación. Es decir, hacernos comprender los temas que vamos a enseñar. Lo repetimos, los elaboramos, los repensamos. El segundo es un concepto que se llama la práctica deliberada con retroalimentación. Esto implica que para hacer las cosas cada vez mejor y poder llegar al nivel de experto, necesitamos que alguien nos diga si estamos haciendo las cosas bien o podemos mejorar y que repitamos la actividad de forma deliberada y consciente para así mejorar nuestra competencia, y el tercero sería el uso de la metacognición. En pocas palabras, la metacognición significa el pensar sobre cómo pensamos, el reflexionar sobre nuestros mismos procesos mentales para hacerlos conscientes y utilizarlos así para hacer mejor las cosas. Este marco teórico del aprender enseñando tiene un amplio sustento de investigación educativa.