[MÚSICA] [MÚSICA] [MÚSICA} Estimados colegas. Soy Melchor Sánchez Mendiola, médico pediatra y educador, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con nuestro grupo de académicos, vamos a revisar algunos de los temas más importantes que son relevantes para la docencia de los médicos residentes en sus especialidades médicas o quirúrgicas. La palabra doctor, deriva del latin docere, que significa, enseñar. En otras palabras, el ser médico literalmente significa ser docente. En este módulo, exploraremos en qué consiste el concepto del médico residente como educador, y cuáles son sus principales implicaciones educativas y clínicas con énfasis en su aplicación práctica. Los médicos tenemos tres funciones principales. La práctica clínica de atención a los pacientes. Realizar trabajos de investigación. Y la función docente. La atención clínica a los enfermos es la que mayor énfasis y recursos reciben los hospitales, después la investigación, y por último la educación. El rol clínico es incuestionablemente el principal, you que refleja la misión de la comunidad de atención de la salud, y es al que mayor tiempo se le dedica durante la formación de los estudiantes de medicina y de los médicos residentes. Constituye la esencia de la identidad profesional del médico. Después de todo, el ser clínico es ser médico. El rol de investigador es un aspecto muy bien definido que tiene su cultura propia, su sistema de incentivos y recompensas, y además es reconocido por la comunidad médica y la sociedad. Es habitual que se designen las áreas de investigación del sistema de salud a personas con entrenamiento formal en investigación, que tengan grados de maestría o de doctorado, y reconocimiento a través de publicaciones en revistas indizadas con arbitraje por pares. En cambio, el rol docente de los médicos, a pesar de que es ampliamente reconocido, tradicionalmente no ha requerido formación en educación, y la mayoría de los médicos que tienen algún rol docente con estudiantes de medicina, de enfermería, y con sus compañeros residentes, no tienen un nombramiento oficial institucional o universitario que los acredite como tales ni se requiere algún tipo de credenciales para ejercerlo. Incluso, los médicos que tienen nombramiento universitario como profesores por horas o por curso, lo hacen frecuentemente más por amor al arte, por el deseo de enseñar y el afán de mantenerse actualizado, en lugar de las recompensas tangibles que implica el contrato formal del profesor. El proceso asistencial y educativo en las instituciones de salud implica diversos actores, y uno de los principales es el médico residente. Los estudiantes de especializaciones médicas desarrollan simultáneamente dos roles diferentes. Uno de ellos como alumnos de programas de especialización de las universidades, y el otro, como profesionales de la salud que son empleados de las instituciones hospitalarias. Es muy importante reflexionar sobre las implicaciones educativas, legales, laborales e incluso de bienestar de los residentes que implica esta dualidad de funciones. George Miller, quien es considerado el padre de la educación médica en Norteamérica, dijo alguna vez, es curioso que emprendamos tantas de nuestras responsabilidades más importantes sin preparación significativa. El matrimonio y la paternidad son probablemente los ejemplos más ubicuos, y existe poca esperanza de que estos estados humanos lleguen alguna vez a evolucionar racionalmente. La tarea de la educación médica, por otra parte, es aceptada deliberada y desapasionadamente, y, sin embargo, la preparación para tan influyente papel es igualmente frágil. [MÚSICA]