[MÚSICA] [MÚSICA] En este curso entendemos la educación como un proceso social, histórico y cultural. Es decir, la educación como un proceso del individuo en sus relaciones sociales, por medio de las cuales se integra la vida social, e incorpora los recursos que ella le provee. Implica, por lo tanto, diversas acciones llevadas a cabo por individuos, grupos, instituciones u organizaciones, que posibilitan a las personas desarrollar su identidad y todas sus potencialidades al vivir y responder a los desafíos que le plantean un entorno y un momento histórico determinado. En este orden de ideas, la educación acompaña, apoya y promueve el desarrollo de todas las dimensiones del ser humano. Esas dimensiones abarcan aspectos físicos, psicológicos, sociales, emocionales y desde luego, aspectos de la sexualidad. Además, si definimos que la educación es un proceso sociocultural, tenemos que reconocer qué ocurre en todos los ámbitos en los que nos desenvolvemos y ocurre mediada por las interacciones y el lenguaje. [MÚSICA] [MÚSICA] En efecto, las personas aprendemos en todo momento, en todos los contextos sociales y a lo largo de toda la vida. Hay muchos espacios en los cuales nos estamos educando constantemente. En algunos de esos espacios existen procesos intencionados y dirigidos para educar a la personas hacia objetivos concretos. En otros espacios, la educación ocurre sin intencionalidad clara o explícita. Los espacios de educación intencionales son aquellos en los cuales, de manera deliberada, se tiene la enseñanza como un objetivo. Estos pueden ser formales, porque se organizan y estructuran los procesos para enseñanza guiada por fines y objetivos explícitos. Pero los espacios pueden ser también informales, aquellos en los que se aprovecha la interacción para enseñar algo que es importante para una comunidad o para mantener una tradición. En los espacios académicos la educación es predominantemente formal. Está organizada por ciclos y niveles. Se establecen programas con unas secuencias predefinidas de contenidos y se dispone de unos sistemas de calificación y evaluación para facilitar a las personas la obtención de títulos y grados. Todos estos elementos se organizan de tal forma que las personas, paulatinamente, se desarrollen al lograr alcanzar objetivos y realizar tareas cada vez más complejas y con mayor grado de especificidad. Los procesos de educación intencionales también ocurren en otros espacios de la vida cotidiana de una manera informal. Por ejemplo, cuando los cuidadores principales valoramos la habilidad de lectura como algo muy importante en la vida. De manera deliberada decidimos fortalecer en las niñas y los niños su capacidad para leer y de forma intencional creamos oportunidades de acceso a libros y dedicamos tiempo de la vida cotidiana para promover la lectura. En este caso, tenemos un fin claro, y las actividades para hacerlo no son formales, surgen, en la cotidianidad. Este curso de sexualidad y educación que estás tomando, es un buen ejemplo de educación intencional formal, porque consideramos que ella es una prioridad en el bienestar de las personas. Además, el curso está diseñado para actualizar y complementar los conocimientos que tienes sobre el tema y se centra en cotenidos y habilidades muy específicas, que son relevantes para que puedas realizar mejor las acciones de educación de la sexualidad en el medio en el que vives o trabajas. Dependiendo de tus intereses, al final del proceso puedes solicitar o no un certificado de este curso, con el fin de demostrar que cumpliste los objetivos propuestos. La educación no intencional es aquella que genera aprendizajes aunque la finalidad de la interacción no sea explícita. En ella, las mediaciones son menos directas y están inscritas en las actividades socioculturales. Ocurren en el flujo de nuestras conversaciones cotidianas y en los discursos a los que nos vemos expuestos. Por ejemplo, la publicidad que se presenta a través de los medios de comunicación es una fuente frecuente de aprendizaje, pero en la mayoría de los casos, su objetivo explícito no es enseñar. Así, el espacio de educación no intencional más potente es el que se propicia a través de las relaciones interpersonales todos los días. Por ejemplo, las relaciones que se establecen entre las personas, en las familias, las comunidades o las organizaciones, constituyen procesos de educación no intencional. Como dijimos, esos procesos de educación intencional ocurren desde el nacimiento y a lo largo de la vida. Esa educación la llevan a cabo diversos agentes sociales y le permiten a la persona interiorizar su cultura e insertarse en la sociedad. [MÚSICA] Además de las familias, la educación no intencional, también ocurre en otros contextos de interacción social. Por ejemplo, en el grupo de amistades, en los equipos deportivos, en la consulta médica u odontológica, en los grupos de creación artística y de participación comunitaria o política, en la escuela, en fin, en cualquier ámbito en el que interactuamos con otras personas. Cada uno de esos escenarios son ambientes de educación, y el tipo de educación que se establece entre las personas que interactúan define la metodología y las técnicas de enseñanza que allí se utilizan. Puede, o no, tener la intención explícita de enseñar, pero de ellas siempre aprendemos. Veamos la siguiente gráfica. Concretamente podemos decir que la educación ocurre en cualquier ambiente en el que la persona vive e interactúa. Puede ser intencional, es decir, es explícito. O puede ser no intencional, en la que el propósito no es explícito. La educación intencional puede ser formal, es decir, deliberada, con unos objetivos, contenidos, procesos y criterios de evaluación claramente preestablecidos. La educación no formal puede ser menos estructurada y se da en casos como el aprendizaje de las artes o los oficios. La educación no intencional suele ser espontánea, con contenidos dispersos y se aprovechan las circunstancias que se presentan, por ejemplo aprender un juego entre amigos. Pero también puede ser controlada de manera intuitiva, como aprender a hacer galletas con la abuela siguiendo procedimientos y aprendiendo trucos de cocina. Es importante considerar que en el mismo espacio de interacción social pueden darse, simultáneamente, procesos de educación tanto intencional como no intencional. Por ejemplo, en el contexto escolar, hay acciones educativas intencionadas y explícitas que están dirigidas a desarrollar competencias en la escritura, ciencias o matemáticas. En el aula de clase, el profesor que se encarga de desarrollar el plan de aula de cada una de esas asignaturas también educa a sus estudiantes de manera no deliberada, sin proponérselo, con el vocabulario que utiliza, el trato que da a las niñas y a los niños, la manera como responde a las preguntas que le plantean, la forma como establece límites al comportamiento y resuelve los conflictos que surgen en su grupo. Y incluso, con su tono de voz, su postura y sus gestos. Es así como se puede observar una profesora de matemáticas que valora de la misma manera los aportes de las niñas y los niños en su clase. Y entonces, de manera implícita, con su comportamiento, les está transmitiendo el mensaje a sus estudiantes de que las niñas y los niños tienen derecho a las mismas oportunidades. En resumen, en todas las interacciones sociales las personas se educan con lo que hacen o dejan de hacer, con lo que dicen y dejan de decir, con su ejemplo verbal y corporal. Antes de dejarte Elvia para continuar con el desarrollo de la lección, te invito a realizar el siguiente ejercicio. [MÚSICA]