[MÚSICA] A lo largo de este curso hemos visto que las personas comenzamos a recibir mensajes acerca de la sexualidad desde el mismo momento del nacimiento. También, vimos que hablar acerca de la sexualidad es, para muchas personas, una situación difícil de enfrentar. En el grupo de investigación Familia y Sexualidad, hemos encontrado que la dificultad para hablar sobre la sexualidad se incrementa cuando se trata de resolver preguntas que nos plantean niños y niñas menores de seis años de edad. Con frecuencia, en esas circunstancias, sentimos que no contamos con el lenguaje apropiado para hablar sobre el tema, creemos que el asunto del cual nos preguntan es difícil de entender a esa edad, pensamos que con la respuesta que demos vamos a generar confusión y más curiosidad de lo que corresponde a esa edad, estamos convencidas de que esos asuntos solo debemos hablar con personas mayores o con quienes ya se encuentran en la pubertad o la adolescencia. Como dijimos al iniciar el curso, estas opiniones indican que para las personas adultas la sexualidad es lo mismo que genitalidad. En tu caso, esperamos que en este punto del proceso, hayas logrado reconocer que el interés y el deseo por conocer acerca de la sexualidad que expresan las niñas y los niños, desde muy temprana edad, es similar a la curiosidad que expresan por los objetos que hay en su ambiente y por los cambios que ocurren a su alrededor, es decir, la curiosidad por su propio cuerpo y el de los demás, hace parte del proceso de autoconocimiento y de interés por el aprendizaje que lo acompañará el resto de la vida. Esa curiosidad la expresará explorando y manipulando sus genitales, indagando por las diferencias anatómicas que hay entre los sexos, realizando juegos de exploración sexual y preguntando por su propia historia y la de su familia. [MÚSICA] Seguramente tú has tenido la oportunidad de ver que, desde muy temprana edad, los niños y niñas comienzan a plantear preguntas sobre su origen, su familia y lo que observan a su alrededor. Así como preguntan ¿por qué ese señor no tiene piernas?, cuando ven a una persona que le falta alguna de sus extremidades, también preguntan ¿por qué esa señora está gorda?, cuando observan una mujer embarazada. Las preguntas de los niños y niñas revelan su curiosidad y deseo de comprender el mundo y surgen espontáneamente. Esas preguntas, al igual que lo que ocurre con otros aspectos del desarrollo infantil, se ha observado que siguen una secuencia relativamente predecible, es decir, van de menor a mayor complejidad. [MÚSICA] [MÚSICA] Por ejemplo, antes de que pregunten por cómo nacen los bebés, preguntan por las diferencias físicas entre los sexos. Para responder esas preguntas, es necesario tener en cuenta que la adquisición de conocimientos sobre asuntos relacionados con la sexualidad, al igual que sobre cualquier otro tema, se desarrolla paulatinamente, sin prisa, pero también sin imponer restricciones a la curiosidad natural de los niños y niñas. En la medida en que los niños y niñas empiezan a preguntar, es conveniente darles una información verídica y concreta que satisfaga su curiosidad y que aclare sus dudas en el momento en que se presentan. Para lograr que los niños y niñas satisfagan su curiosidad de forma natural y desarrollen una actitud positiva hacia la sexualidad, es importante que los adultos respondan a sus preguntas puntualmente, con la verdad, sin dar más información de la que están solicitando y de la que están en capacidad de comprender. Te invito a que veas la siguiente nota. Comprender el mundo que nos rodea es un proceso que permite a las personas ser parte de la sociedad, en la medida que entendemos sus significados, su manera de funcionar y su forma de pensar, y sí, claro que sí, entre esos significados también están los relacionados con la sexualidad. A lo largo de la vida y a medida que crecemos, hacemos parte de diversas comunidades. Puede ser el colegio, la oficina, la familia. En esos contextos, especialmente en los más cercanos, es donde tenemos la oportunidad de hacer preguntas para entender y participar mejor del mundo que nos rodea. Si un niño o una niña tienen preguntas sobre su cuerpo y tienen en su casa o escuela personas dispuestas a escuchar y responder con claridad, podrán llevar a esos espacios preguntas que les surgieron de información que recibieron en contextos diferentes, como los grupos de amigos o los medios de comunicación. Este niño o esta niña, podrá contrastar con tranquilidad información nueva, confusa o errada, y le será más fácil comprender, participar y tomar decisiones en el presente y en el futuro. Pero, ¿qué pasa cuando los niños, las niñas o las personas jóvenes tienen inquietudes relacionadas con la sexualidad y las personas de mayor confianza, como la familia, la escuela, e, incluso, los servicios de salud, no estamos en la mano o no nos sentimos capaces de ayudarles a resolver sus inquietudes? Lo que pasa es que haremos que se sientan mal por preguntar, que dejen de plantear de manera abierta sus inquietudes y que busquen en los contextos más lejanos alternativas para resolver sus dudas. También puede pasar que, algunas veces, por no tener conceptos claros en sexualidad, por preferir evadir esos temas, podemos equivocarnos y obstaculizar el acceso a la información. De esta manera y sin darnos cuenta, contribuiremos a generar más confusiones y mantenemos los prejuicios o los mitos relacionados con la sexualidad. En la medida en que nosotros estemos dispuestos a generar oportunidades para que niños, niñas y jóvenes puedan plantear sus inquietudes sin temor, lograremos tres cosas: primero, vamos a garantizar el derecho a obtener información clara, científica y oportuna acerca de la sexualidad; segundo, vamos a contribuir a su bienestar físico y psicológico; y tercero, vamos a facilitar que el medio en el que vivimos se transforme en un entorno más propicio para el bienestar social. [MÚSICA]