Entonces, vamos a analizar con detalle la grabación auténtica, empezando por la actividad 4 del cuaderno. La vas a escuchar otra vez y esta vez debes completar los huecos con lo que escuchas. Cuando hayas terminado, consulta la clave para comprobar las respuestas. [SONIDO] >> Muy bien. Entonces, vamos a hablar un ratito antes de examinarte. Siéntate. [RISA] Okey. So, ¿en qué grado de la escuela estás? >> En el 11. >> En el 11. ¿Cómo va la escuela? >> Ah, más o menos. [RISA] >> ¿Por qué? >> Apenas paso. [RISA] >> Okey. >> Sí, voy bien. >> ¿Vas bien? Okey. [RISA] >> Paso al panzazo, pero paso. >> Okey. [RISA] Hay que echarle, tú sabes, ganas. >> Sí. >> A todo, a todo en la vida, ¿verdad? En la escuela, el trabajo. Muy bien. ¿Practicas algún deporte ahorita? >> El baile. >> Baile, danza. Okey. ¿En la escuela? >> No, es en un estudio. >> En un estudio. ¿Cuántas veces a la semana, dos veces, tres veces? >> Dos veces. >> Dos veces a la semana. ¿Qué clase de danza? >> Música latina como merengue o algo así. >> Ay, qué bueno. >> Y hip hop. >> Me encanta. [RISA] >> ¿Ya lo tienes? Entonces, observa las palabras que has escrito en los huecos. Todas ellas son reacciones de la doctora a la información que da el paciente. En la actividad 5 de tu cuaderno las hemos agrupado por tipos en una tabla. Ahora te toca a ti escribir en la columna de la izquierda cuáles de estas descripciones corresponde a cada grupo de reacciones. Es decir, ¿qué grupo son ejemplos de cómo evaluar la información? ¿Cuáles son ejemplos de cómo pedir aclaración o confirmación? ¿Y cuáles son maneras de señalar que se ha entendido? ¿Ya has terminado? Aquí tienes las respuestas. El grupo rojo corresponde a usar la repetición de parte de la respuesta del interlocutor para señalar que se ha entendido. El grupo azul está formado por palabras positivas que sirven para evaluar la información recibida. Por último, el grupo verde está compuesto por preguntas de seguimiento que sirven para pedir más detalles sobre la información o confirmar que se ha entendido correctamente. En resumen, mediante estas tres estrategias, la persona que escucha en una conversación le demuestra a quien está hablando que lo está escuchando con atención y le invita a que continúe hablando. En esta conversación, la doctora usa dos recursos para simplemente mostrar que ha entendido. El primero es la palabra okey, de la que se pueden oir variantes con el mismo sentido, según la procedencia y las preferencias individuales de cada hablante. Estas variantes son ajá, mm-hm, entiendo, de acuerdo, sí, ya, claro, entre otras. El segundo recurso es repetir parte de las palabras que acaba de decir la persona, como por ejemplo, cuando la doctora repite, en un estudio. Por otra parte, una buena manera de animar la conversación es evaluar la información de manera positiva o empática para la persona que habla. Este recurso, además, hace que el tono sea más cercano y humano. Si lo piensas, seguro que es algo que haces naturalmente cuando hablas con un amigo o con un familiar. Además, hace que la persona se sienta comprendida y cómoda para compartir información. Por último, las preguntas de seguimiento no solamente demuestran que uno sigue prestando atención a la conversación, sino que además permiten conseguir más detalles y aclarar o confirmar si no se está seguro de haber entendido bien. Bien, ahora vamos a observar estas estrategias desde otro punto de vista. Vas a escuchar de nuevo el diálogo ficticio del principio de la lección. Después quiero que busques cuántas veces usa el doctor cada una de las tres estrategias, completando la tabla de la actividad 6. Vamos allá. [SONIDO] >> Buenos días, señor López, ¿cómo se ha sentido últimamente? >> Mucho mejor, doctor, desde que me tomo las pastillas ya no me duele la cabeza y he podido volver al trabajo. >> ¿Ha estado haciendo deporte? >> Sí, salgo a caminar con mi esposa todos los días. >> ¿No le duele la cabeza o se marea cuando camina? >> No, ya no me duele. Doctor, ¿puedo retomar mi vida normal? >> Sí, son buenas noticias, ya no tiene que volver a verme. Pero recuerde, si vuelven los dolores de cabeza haga cita lo antes posible. >> Muchas gracias, doctor. >> ¿Cuántas has encontrado? La respuesta correcta es cero. En ningún momento el médico usa estas estrategias. Esto, precisamente, es lo que al principio de la lección nos hizo decir que el doctor parece un poco frío con el paciente; el doctor parece un robot, no muestra emociones; y que la conversación es muy corta y directa. En resumen, en cualquier conversación, la persona que escucha tiene que ser un oyente activo para su interlocutor. Es parte del carácter cooperativo de una interacción exitosa. Pero el concepto de oyente activo no es algo exclusivo del español. Por eso, ahora quiero que pienses en cómo funcionan las conversaciones en tu propia lengua materna, ya sea en la consulta del médico, como en otras situaciones. Por ejemplo, con amigos, en el trabajo, etcétera. Entonces, piensa. ¿Crees que en tu lengua también hay estrategias para mostrar que se escucha con atención? ¿Se usan igual que en español o de forma diferente? Dedica unos minutos a pensar en esto y escribe tus reflexiones en la tabla de la actividad 8. La actividad anterior no tiene una única respuesta correcta, ya que depende de cuál sea tu lengua materna. El objetivo del ejercicio es que seas consciente de las similitudes o diferencias que existen entre el español y las otras lenguas que conoces. Bien. Pues, es hora de practicar las estrategias de escucha activa que has aprendido. En el ejercicio 9 del cuaderno tienes la oportunidad de mejorar el diálogo ficticio que ya conoces. Para eso, debes aplicar las estrategias que has aprendido, repetir o usar palabras que indican que has entendido, evaluar o reaccionar de forma positiva y hacer preguntas pidiendo más detalles. En la clave de respuestas encontrarás algunas opciones correctas.