Bienvenidos a este nuevo video, en el cual veremos el tratamiento no invasivo de la caries dental desde el campo clínico, es decir, todo lo que el profesional de la salud aporta y realiza en relación a este tratamiento. En un intento de superar las dificultades encontradas para obtener un mejor control de la biopelícula dental, se han sugerido diversas estrategias alternativas para el control no quirúrgico de la caries. Una de esas estrategias es el programa Karlstad, desarrollado por Axelsson y Lindhe en 1974. Además de los componentes tradicionales, como la instrucción repetida de higiene oral, asesoramiento dietético y fluoruros tópicos, incluye, como componente de tratamiento, la limpieza profesional de todas las superficies dentales que, inicialmente, era cada 15 días. Con estas acciones conjuntas entre el odontólogo y el paciente, se obtuvo más del 90 por ciento del control de la progresión de la caries dental. Es decir, prácticamente la boca se mantuvo con cero caries. El procedimiento clínico que se detalla a continuación, se lleva a cabo por el profesional. 1. Revelar la placa. 2. Retirar el biofilm con cepillo para las caras oclusales y, con una copa de goma suave, retirar las superficies lisas y libres con abrasivo que contenga flúor, como la pasta de pulido de dióxido de silicio, con 0.1 por ciento de cloruro de sodio. Para superficies proximales, la pasta se aplica con un palillo de dientes o con un cepillo interdental, dependiendo de las condiciones anatómicas de la zona donde se aplicará. 3. Revelar nuevamente y verificar que todo el biofilm haya sido removido. 4. Aplicar fluoruro tópico al 2 por ciento, fluoruro de sodio o barniz de flúor. Asegúrese de que la aplicación de fluoruro llegue a sitios con caries activa. 5. Visitas de control cada dos o tres semanas, pero puede ampliarse cuando la cooperación haya mejorado y el paciente haya alcanzado un nivel satisfactorio de control de la biopelícula. En las estrategias de remineralización, el uso del fluoruro es uno de los elementos más reconocidos como estrategia para controlar la desmineralización dental. Sustancias remineralizantes. Se han investigado nuevas estrategias para fomentar el proceso de reparación del diente, gracias al calcio y al fósforo presentes en la saliva y en el biofilm. Estas son: 1. Combinar los agentes remineralizantes con flúor para aumentar la efectividad anticaries de este último. 2. Combinar los agentes remineralizantes con una dosis menor de flúor para disminuir la posibilidad de fluorosis dental en niños, sin perder su efectividad. 3. Usar los productos remineralizantes dentarios como agentes independientes. Los nuevos compuestos que se están investigando con esta finalidad son capaces de liberar calcio y fosfato en la cavidad oral. A su vez, según su solubilidad, se pueden clasificar en: compuestos muy solubles que liberan altas concentraciones. Sin embargo, estas rápidamente desaparecen de la boca; compuestos muy insolubles. Se consideran de valor limitado, a no ser que queden atrapados en la placa y puedan ser hidrolizados por enzimas o disueltos en condiciones de pH bajo. Algunos compuestos que recientemente han sido investigados contienen glicerofosfato de calcio, lactato de calcio, fosfato de calcio dihidratado y carbonato de calcio. Aunque son varios los productos estudiados, aquellos que en opinión de los investigadores presentarían una mayor efectividad son: fosfato de calcio amorfo, fosfosilicato de calcio y sodio. Fluoruro de aplicación profesional. Como una medida profesional por parte de dentistas e higienistas, se considera la aplicación de geles, espumas y barnices. Los diferentes tipos de vehículo disponen de evidencia de su efecto cuando se comparan con placebo. La fracción preventiva varía entre 24 por ciento para las pastas dentales, 26 por ciento para los enjuagues, un 28 por ciento para los geles y un 46 por ciento para el barniz, y su uso conjunto obtiene un efecto adicional. Geles de fluoruro. Flúor fosfato acidulado 1.23 por ciento que equivale a 12.300 partes por millón o 12.3 miligramos por mililitros de gel. Al entrar en contacto con el diente, disuelve parte mínima de la capa de esmalte y hace que el calcio se una al flúor, formando fluoruro de calcio amorfo, más resistente al ataque ácido. También está el fluoruro de sodio, que presenta una concentración del 0.9 por ciento, que supone una proporción de flúor de 9.040 partes por millón y es una alternativa al flúor fosfato acidulado, ya que no altera la restauración de composite ni las coronas o carillas de porcelana. Se aplica en molderas con cubetas desechables usando 2 mililitros, como máximo, por cubeta, durante 1 a 4 minutos. Los geles están totalmente contraindicados en niños menores de 6 años, puesto que la deglución de cinco mililitros supone un riesgo potencial de intoxicación. Para estos casos es más aconsejable el uso de barniz. Barnices fluorurados. Los barnices con más evidencia científica disponibles son: el fluoruro de silano al 0.1 por ciento de ión fluoruro en un vehículo de poliuretano y el barniz de fluoruro de sodio al cinco por ciento en una suspensión alcohólica con resinas naturales. Su técnica de aplicación se realiza por cuadrantes, los cuales deben estar limpios y secos. Se pincelan todas las superficies, especialmente las oclusales, tratando de introducir el barniz en las fosas y fisuras, así como en los espacios interproximales. Se debe esperar algunos segundos hasta que se evapore el solvente. Se le explicará al paciente que el barniz se irá perdiendo en forma paulatina. En lo ideal, no debe ingerir alimentos sólidos o líquidos calientes durante las siguientes cuatro horas después de aplicado el barniz. Al día siguiente puede cepillarse en forma habitual. La frecuencia de aplicación es trimestral o semestral, con refuerzo en las edades críticas de erupción, especialmente en aquellos pacientes con alto riesgo cariogénico. La evidencia disponible para los barnices de flúor muestran una reducción media del 37 por ciento en dentición temporal y de un 43 por ciento en dentición permanente, con una aplicación dos o tres veces al año en grupos de riesgo. En los últimos años se ha acrecentado el interés por la utilización de técnicas mínimamente invasivas en el tratamiento para niños, con mucho éxito, sobre todo en aquellas poblaciones donde se carece de los cuidados mínimos de tipo tradicional, incluso, para esa población. Fluoruro diamino de plata. Bajo el nombre de "técnica atraumática", la aplicación de flúor diamino de plata, propuesto como un agente carioestático, promueve la remineralización de los tejidos afectados por caries dental, por lo que retrasa o detiene el deterioro dental, tanto en dientes temporales como permanentes. Es un producto muy controvertido, ya que presenta efectos altamente contrastantes. El flúor diamino de plata es un producto que presenta raramente efectos adversos. Sin embargo, como deja una mancha negra en todo lo que toca, es posible que los tejidos de la boca se manchen durante el uso del flúor diamino de plata. Por otra parte, es importante considerar la citotoxicidad de la plata, que puede ser causa de incompatibilidad biológica. De esta manera, el riesgo beneficio debe ser considerado como un factor importante durante la aplicación clínica de los compuestos. Selladores de fosetas y fisuras. Los selladores de fisuras son una de las formas más efectivas y eficientes de prevenir las lesiones de caries en fosas y fisuras, al ser estas áreas altamente susceptibles a la adherencia bacteriana. Están especialmente indicados para su colocación en los molares, tanto temporales como permanentes, donde se produce una mayor retención de biopelícula dental por diferentes características. El avance en el diseño de nuevos ionómeros ha comportado la aparición de los cementos de ionómero de vidrio, que consiguen una liberación mayor de flúor y requieren una menor preparación para su aplicación. Los últimos estudios evalúan la utilización de la técnica de presión digital, que permite la aplicación directa de material sobre la superficie oclusal, adaptando con la presión del dedo pulgar con agua y un poco de vaselina, comportando un ahorro de tiempo y una simplificación de la técnica. Los selladores de ionómero de vidrio serían el material de elección cuando exista indicación para el sellado, pero el aislamiento del campo operatorio sea complejo. Los selladores a base de ionómero de vidrio tienen algunas ventajas. Son hidrofílicos, lo cual los hace ideales como selladores cuando no es posible conseguir un campo seco, como ocurre en los molares parcialmente erupcionados. Adicionalmente, el sellador de ionómero libera flúor y, a diferencia de los selladores a bases de resina, no requiere pasos intermedios de preparación de la superficie, como el grabado ácido, de sabor desagradable. Pueden utilizarse acondicionadores de la superficie para mejorar la retención del ionómero de vidrio. Los resultados de la retención de los sellados de ionómero obtenían, inicialmente, una cifra menor que la obtenida por los sellados de resina, descartándose su uso. Una modificación del material introdujo los cementos de ionómero de vidrio de alta viscosidad, consiguiendo una mejoría en la retención. En los últimos estudios, aunque se ha evaluado la retención, que continúa siendo menor que el sellado de resina, también se ha evaluado el efecto preventivo. De acuerdo con varios autores, un molar sellado tiene menos de la mitad de probabilidades de desarrollar una lesión de caries que un molar no sellado tras 4.5 años. La evidencia disponible de la efectividad de los sellados de resina, siempre se ha relacionado con la capacidad del sellador de mantenerse retenido correctamente, y los primeros estudios datan de los años 70. La retención media al año se sitúa alrededor de un 90 por ciento y varios estudios muestran una retención de más de un 70 por ciento tras cuatro años. Estamos próximos a la conclusión de este curso, pero te espero en el siguiente video para que sigamos aprendiendo algunos otros elementos que te serán de utilidad.