La política comercial de la Unión Europea o también política comercial exterior común, es una consecuencia directa del Mercado Único y de la Unión Aduanera. El hecho de que haya un arancel común, un arancel aduanero común, implica también tener esta perspectiva hacia la política exterior comercial. El Tratado de Roma ya enumeró los objetivos de esta política comercial, que es el desarrollo del comercio mundial mediante la supresión progresiva de restricciones internacionales y a las inversiones extranjeras directas. La política comercial común es competencia exclusiva de la Unión Europea. Esto le permite negociar tratados comerciales, preferencias arancelarias y también ya en el capítulo de inversiones y servicios, se ha incorporado como resultado del Tratado de Lisboa. Esta competencia exclusiva que le permite negociar a la Unión Europea, le permite también introducir a países en desarrollo lo que se conoce como el sistema de preferencias generalizadas, que es una reducción arancelaria condicionada claramente a determinados productos manufacturados y productos agrícolas, sólo para países en desarrollo. Desde el Tratado de Roma, sin embargo, ha habido grandes cambios en el comercio mundial. El fenómeno que se conoce como globalización, implica que ahora el comercio depende mucho de las cadenas de valor de las cadenas globales de valor. Y importa mucho más la fragmentación de la producción en distintos países del mundo más que la exportación de un producto final hacia otras partes del mundo. Estas cadenas globales de valor han hecho que impliquen cambios en la producción, en la adición de valor añadido con servicios, servicios financieros y también lo que es la cruza, las fronteras de servicios digitales, de expertos, de técnicos que necesitan desplazamientos para la provisión de estos servicios. El comercio es actualmente un elemento central de la economía a través de la fragmentación de la producción. Este comercio significa que hay más de 30 millones de puestos de trabajo a los que dependen de las exportaciones de la Unión Europea hacia el resto del mundo, sin contar las que están en el interior de este Mercado Único de la Unión Europea. Esto también exige una nueva estrategia. Estos cambios de la globalización exigen una nueva estrategia y por esto la Comisión Europea en el año 2015 formuló un nuevo enfoque, una nueva estrategia en un documento que se llama "Comercio Para Todos" y tiene como subtítulo "Hacia una Política de Comercio e Inversión Más Responsable." Este documento, esta política, está basado en tres principios claves que son eficacia, transparencia y valores. Eficacia, asegurar que el comercio mundial cumpla realmente los objetivos de generar nuevas oportunidades económicas. Y esto significa abordar temas como los servicios y el comercio digital, que obviamente son temas que no estaban previstos en la época del Tratado de Roma. Significa también proporcionar a las pymes, a las pequeñas y medianas empresas, oportunidades de negocio que generalmente tienen más dificultades en el mundo globalizado, y también proporcionar ventajas a los consumidores y a los trabajadores europeos y a los medios de información necesarios para que se puedan aprovechar de estos mercados. La transparencia significa abrir y exponer públicamente una serie de documentos que antes estaban sometidos a un cierto secretismo durante las negociaciones. Esto ha sido producto también de las demandas de la sociedad civil y de las organizaciones de la sociedad civil para evitar este secretismo que supusiese una falta de información para los consumidores y los trabajadores de la Unión Europea. Y por último, los valores es salvaguardar el modelo social y de reglamentación de la Unión Europea, utilizar con ese fin los acuerdos comerciales y los programas preferenciales como palancas para promover también el desarrollo en el resto del mundo. Valores europeos como el desarrollo sostenible también como los derechos humanos, el comercio justo y ético y la lucha contra la corrupción se incorporan en los tratados que está firmando y negociando la Unión Europea. La Unión Europea ha firmado acuerdos comerciales con todas las regiones del mundo, con América Latina, con prácticamente todos los países de América Latina. Sólo falta Mercosur, también con Canadá. Las acuerdos de Asociación Euromediterráneos, acuerdos con Asia, con Corea, Japón, Singapur y Vietnam y también con África. Y actualmente está cerrando ya negociaciones con países de Nueva Zelanda, Australia, Mercosur, también países asiáticos de ASEAN y está renovando y modernizando los acuerdos con México y con Chile, que fueron firmados y fueron entrando en vigor a principios de los años 2000. La nueva generación de acuerdos comerciales se caracterizan por primero, no sólo la eliminación de aranceles, que esto ya es un sistema que venía funcionando anteriormente, sino con la supresión de barreras no comerciales, mediante la desregulación, mediante la aceptación de normas comunes, con lo cual gran parte de los problemas del comercio internacional actual viene de estas barreras no arancelarias. Pero también se caracteriza por incluir aspectos relativos al nuevo comercio: servicios digitales; telecomunicaciones; comercio digital; derechos de propiedad intelectual; indicaciones geográficas para proteger productos originarios de determinados países o regiones; contrataciones públicas para poder acceder mutuamente a los mercados de contratación pública que realmente estaban vetados a los productos y productores extranjeros; y también protección de inversiones directas. También una nueva propuesta que surge de este documento de Comercio Para Todos y que ha empezado a articularse en algunos de estos tratados que hoy ya han sido negociados, como en el caso de Canadá, con el CETA o con la modernización del acuerdo con México, es la establecimiento de tribunales para la resolución de controversias inversor - Estado. Esto es totalmente nuevo. Sin embargo, esta parte, como no es competencia exclusiva de la Unión Europea, sino que es competencia de los Estados miembros, significa que debe ser ratificada por todos los Estados miembros para que entren en vigor en estos tratados. Los acuerdos de libre comercio contienen disposiciones estrictas para promover el respeto de los derechos laborales en todas, en todo el mundo y donde la Unión Europea tiene estos tratados. Para la Comisión también es importante velar que los socios comerciales apliquen las disposiciones relativas a normas laborales fundamentales, como son la supresión del trabajo infantil, los derechos de los trabajadores a organizarse y la no discriminación en el trabajo. También se incluyen normas anticorrupción en los nuevos acuerdos comerciales y también el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Es importante destacar, para acabar, que la Unión Europea ha apostado fuertemente por el multilateralismo en las relaciones comerciales y este multilateralismo es en defensa del comercio, con instrumentos basados en las reglas de la Organización Mundial de Comercio. Y en estos momentos de proteccionismo creciente en el mundo, aceptar el multilateralismo, apostar por el multilateralismo y también defender este multilateralismo es clave para la defensa de los intereses de la Unión Europea y de los países en desarrollo y de los países industriales en el mundo.