[MÚSICA] [SONIDO] Hablemos ahora del documental, pero a partir de la clasificación que hace el profesor norteamericano Bill Nichols. El modelo de Nichols ha sido probablemente el más estudiado y, a la vez, uno de los más cuestionados o criticados en la teoría del cine de documental contemporáneo. Sus categorías de basan en una combinación de diversas variables y elementos de realización audiovisual, de la praxis cinematográfica, así como la práctica material. Como ustedes van a poder ver en la tabla que aparece ahora a continuación, y que podrán descargar en PDF en los recursos adicionales de este módulo. Como afirma el propio Nichols, estas categorías tienen una cronología histórica porque estos diferentes modelos se fueron gestando a partir de una insatisfacción con los modelos anteriores predominantes en una época determinada. Pero ello no quiere decir que puedan coexistir o se puedan mezclar en determinados documentales específicos. Los modelos de clasificación de la representación de la realidad que hace el cine de documental según Bill Nichols son los siguientes, el poéticos, el expositivo, el observacional, el participativo, el reflexivo y el performativo. Vamos a ver alguna de las características de cada uno de ellos. El modelo expositivo, Nichols lo asocia a una forma de representación que tiene que ver con el documental más clásico, que se basa en una ilustración de argumentos con imágenes en movimiento. Por tanto, afirma que esta forma es más retórica que estética y se dirige directamente al espectador mediante el uso de títulos o narraciones en off, que van liderando, van por delante de la imagen, enfatizando una cierta idea de objetividad y una lógica de los argumentos. Las Hurdes, de Luis Buñuel, puede ser considerado, en cierto modo, ejemplo de este tipo de documental clásico. El modo poético, Nichols lo asocia a la incursión de las vanguardias artísticas en el cine. Por tanto, adapta mucho de los dispositivos representativos que en otras artes como la literatura o la, la pintura, se hace a partir de actos incoherentes, asociaciones ambiguas o impresiones subjetivas. Un ejemplo de documental de este tipo es El Hombre de la Cámara, de Dziga Vertov, dirigida en el año 1929. No obstante, este modo ha ido reapareciendo a lo largo de muchos documentales, varias épocas, incluso en el documental contemporáneo, y sirve para crear un tono particular o un estado anímico determinado que proporciona pues unas sensaciones más allá de las informaciones que da el documental. El modo observacional está claramente identificado en los movimientos cinematográficos del Cinema Verité francés, o del Direct Cinema inglés, los cuales, a pesar de tener diferencias sustanciales, comparten unos desarrollos tecnológicos más o menos comunes que es la aparición de equipos portátiles y sincrónicos que se dieron a principio de los años 60 en adelante. Estos, en combinación con una mayor apertura de la sociedad y de las teorías narrativas, y obviamente, las teorías fílmicas, permitieron un acercamiento diferente a los sujetos con el que los cineastas buscaban observar espontáneamente y directamente la realidad, intentando no intervenir mucho. La película High School, que aparece en el libro de Bordwell y Thompson, del Arte Cinematográfico, es un documental dirigido por Frederick Wiseman, que puede ser considerado como uno de los más claros ejemplos de este tipo de documentalista. El modo participativo o interactivo, básicamente se desarrolla en el cine no gráfico y en las teorías sociales de investigación participativa. Lo que muestra es la relación entre el realizador y el sujeto filmado. El director, que en este caso se convierte en investigador, entra en un ámbito desconocido y participa en la vida de los otros ganando cierta experiencia directa y la refleja utilizando pues las herramientas de ciencias sociales necesarias para su investigación como las entrevistas y el lenguaje cinematográfico. Este modelo de representar la realidad también se encuentra presente en películas como por ejemplo Maradona por Kusturica, un documental que fue dirigido por el serbio Emir Kusturica, con Diego Armando Maradona de protagonista, en el año 2008, en la cual el equipo de realización con el director en frente, está presente en todo momento y enfatiza su encuentro con el sujeto filmado. El modo reflexivo es una forma de representación que más que hablar de la realidad, busca conscientemente al espectador del propio medio de representación, al espectador del documental, y hacer que los dispositivos que le han dado autoridad al filme sean evidentes. Hay un cambio conceptual en el documental, en este caso no se considera como una ventana hacia el mundo, hacia la realidad, sino como una construcción o una representación de éste, ayudando que los espectadores tomen una postura crítica, consciente, frente a cualquier forma de representación. Nichols la valora como la tipología más autoconsciente y autocrítica del documental. Capturing the Friedmans, un documental dirigido por el cienasta Andrew Jarecki en el año 2003 que ganó el Oscar a mejor documental en su día, es un ejemplo muy claro de este tipo de modelo. El modelo performativo es el último modo introducido por Nichols en sus clasificaciones del modo de representar la realidad. Este modelo también cuestiona la base del cine de documental tradicional y las fronteras borrosas entre el documental y la ficción, de la cual hablará más Ana y José Ramón. Aquí se introduce la poesía, la expresividad, la retórica, y no una representación fiel o realista. Este tipo de películas el énfasis se desplaza hacia cualidades evocadoras del texto y no tanto hacia su capacidad de representar o de trasmitir un mensaje. Se acerca de nuevo a las vanguardias artísticas, y un ejemplo de este tipo de trabajos es Ensayo Final para Utopía, un documental dirigido por el cineasta Andrés Duque en el año 2012, y donde vemos claramente estas características. Y esos son, según Bill Nichols, los seis modos en los que se puede hacer un análisis de los tipos de cine de documental que se dan en la actualidad.